¿Haz pensado alguna vez en la cantidad de horas que aún tiene el día después de salir de trabajar?
A pesar de eso, muchos salimos tan exhaustos del trabajo y lo único que queremos es irnos a acostar y esta sensación es más común de lo que podemos imaginar, aún estando en casa en teletrabajo.
Esto ocurre generalmente en ambientes laborales de alta presión por plazos cortos y una mala organización… y sí! a todos nos ha tocado sufrirlo alguna vez, o más veces de las que quisiéramos…
La buena noticia es que depende únicamente de nosotros recargar y mantener nuestra energía. A continuación te contaré algunos secretos para lograr que termines el día con energía:
Solo para ti…
1. Levántate por lo menos cada hora por 1 minuto para respirar
Pero respirar de manera consciente, profundo y concentrados en esa respiración. Hoy día los relojes inteligentes tienen alertas que te pueden recordar.
Si no tienes uno, simplemente aprovecha cada vez que vas al baño o convierte los elementos que tengas en tu entorno en recordatorios, por ejemplo, cada vez que suena el teléfono, o mientras esperas por información pendiente; en vez de abrir redes sociales, ¡respira!
2. Está pendiente de tus interacciones con otras personas
Presta atención a la calidad de la comunicación y la relación que tienes con tus compañeros, jefes o subalternos. Evalúa si todo fluye con facilidad o ¿hay alguna que debe mejorar?
Estar consciente de las relaciones nos ayuda a escuchar y entender mejor a los que nos rodean.
Hay personas con las que nos resulta muy cómodo y fácil interactuar mientras que hay otras con las que no. En ocasiones hasta podemos sentir que nos roban energía y, créeme que es así.
Te invito a que pienses en cómo puedes acercarte, tómate el tiempo para ser más sensible a los sentimientos y necesidades de los demás, a su tono de voz y lenguaje corporal.
Imagina cómo podrías ayudar a otros si estuvieras más pendiente de tus relaciones en el trabajo y cuánto facilitaría esto la comunicación. ¡Nada mejor para recargar energía que una conversación amena y logros compartidos!
3. Revisa tus logros y lista los pendientes antes de retirarte
Celebra lo que terminas y dejas listos los pendientes a trabajar al día siguiente estableciendo prioridades. De esta manera, el trabajo se queda allí y no lo llevas en la cabeza el resto del día.
4. Haz una transición consciente
Haz un escaneo de tu cuerpo y tu mente antes de salir del trabajo. Reconoce sus sensaciones. ¿Está cansado? ¿Estás caminando erguido o jorobado? ¿Qué expresión tiene tu rostro? ¿Respiras calmado o agitado?
5. Observa tus posturas al caminar, esperar en la parada o montarte al transporte
Fíjate si estás apurado, si simplemente sigues la rutina y toma control pleno de ese momento…
Respira y relaja tu mente, disfruta de esa sensación que da el no tener nada que hacer salvo esperar para movilizarte.
Si manejas, disfruta de escuchar tu playlist favorito y cantar a todo pulmón en el tráfico.
6. Agradece antes de llegar a casa
Con esto cierras la transición de trabajo a casa. Ya sea que llegues a estudiar, hacer deporte, cocinar, hacer oficios o simplemente a abrazar a tu familia, estás rodeado de bendiciones, entre ellas el tener trabajo y casa.
Quítate la ropa, cámbiate, date un baño fresco, exfolia tu piel y ¡disfruta con energía el resto de tus horas!
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